EL ARCO PRODUCTIVO PIDE AL GOBIERNO QUE GARANTICE LA SEGURIDAD
Crece el descontento por el mal estado de las rutas nacionales. Por estas carreteras sale la materia prima de las zonas productivas y por allí ingresan las mercaderías para el consumo.
La irritación es de nunca terminar en los cientos de automovilistas que transitan por la zona de Napenay, Avia Terai, Gancedo y Pinedo como también en cercanías de Concepción del Bermejo o cerca de La Tigra y de Tres Isletas.
Rotura de cubiertas, torcedura de llantas en el mejor de los casos, pero vuelcos y hasta choques frontales por esquivar baches. «No hay a quien reclamar nada, pero si, eso sí, ponen radares para hacer multas, es terrible como el Estado nos da la espalda», dijo muy ofuscado ayer Demetrio Pacheco, un empleado de una empresa de seguridad e higiene de Entre Ríos, que viajaba este lunes desde Joaquín V González hasta Sáenz Peña y a la altura de Napenay, rompió una cubierta porque no pudo esquivar a un tremendo y filoso bache.
Una mujer que venía de Pampa del Infierno a Sáenz Peña junto a su hijo, ya había roto una cubierta unas horas antes en el mismo bache, donde la auxilio un vecino de Napenay que trabaja en una gomería.
Sectores productivos en alerta
Productores agropecuarios de la zona de Charata, Hermoso Campo, Las Breñas, Pampa del Infierno y La Clotilde, solicitaron que las autoridades regionales de Vialidad Nacional «pidan al gobierno del señor Javier Milei un plan de recuperación de las rutas» con medidas de emergencia para evitar que «haya tantos accidentes, algunas con pérdidas humanas», dijeron.
Sectores productivos y del transporte de cargas se manifestaron preocupados por el deterioro de las rutas nacionales que pasan por el territorio chaqueño, y en particular, pusieron el grito en el cielo por el mal estado de las rutas 89 y 16, y parte de la 95 donde a pesar de algunos anuncios, «atenta claramente contra el desarrollo de las comunidades del interior».
La ruta 89, un reclamo de hace 10 años
En el sudoeste los productores dicen que sobre el mal estado de la ruta 89 «viene desde hace diez años atrás, inclusive de antes de las inundaciones», dijeron.
«Se hicieron reparaciones, pero muy pocas, y no duró mucho, es un tema de fondo», dijeron, señalando que tampoco «nadie controla el peso de las cargas, ahora recién hay una balanza pero ya la ruta está destrozada».
Por si fuera poco, radares
En el interior, se suma la inquietud por las multas con la habilitación de radares mientras el daño económico por rotura de cubiertas y torcedura de llantas irrita a los conductores.
En Campo Largo, hay dispositivos sobre la ruta nacional 89 en los kilómetros 188,9 (ambos sentidos), 190 (ascendente) y 210 (descendente), con controles que van de 60 a 80 km/h. Avia Terai cuenta con un radar sobre el kilómetro 176 de la ruta nacional 89 (ascendente), con un límite de 110 km/h.
En Capitán Solari, se controla el kilómetro 40 de lar ruta provincial 9, ascendente y descendente. En La Eduvigis, los radares fueron colocados en la ruta provincial 90, kilómetros 29,7 y 31 (ambos sentidos), y sobre el kilómetro 29,7 de la ruta nacional 16 (descendente), todos con límite de 60 km/h. La Leonesa cuenta con controles sobre la ruta provincial 56 en el kilómetro 11, tanto ascendente como descendente, con una velocidad máxima permitida de 80 km/h. En La Tigra, los radares se ubican sobre la ruta nacional 95, en los kilómetros 1075 y 1075,9 (ambos sentidos), con controles de 60 km/h. Lapachito tiene equipos en el kilómetro 66,7 de la ruta nacional 16, en ambos sentidos.
En Machagai, los cinemómetros se encuentran en el kilómetro 137,5, también en ambos sentidos, con límites de 60 km/h. Finalmente, en Quitilipi, los controles se ubican sobre el kilómetro 155 de la ruta nacional 16, tanto ascendente como descendente, con límite de 80 km/h. En San Martín, los radares fueron instalados en la ruta provincial 90, en los kilómetros 70 y 73,1, tanto ascendente como descendente, con controles de velocidad de 60 km/h.
«Arreglamos llantas torcidas, no tenemos descanso»
Alan Farías tiene un emprendimiento en Sáenz Peña relacionado al comercio y reparación de llantas, y cuenta que desde hace tres meses, tiene mucho trabajo cada día arreglando llantas torcidas.
«Acá viene gente de todo el interior, y la verdad no puedo creer que tanto daño hagan los baches, en otras ocasiones, piden auxilio», indicó.
Contó que «esta mañana vino el dueño de combi que se le reventaron dos cubiertas y torció la llanta de atrás, y casi tumba porque venia de frente un camión antes de llegar a La Tigra».
«Hay casos de todo tipo, porque el impacto seguramente debe ser diferente uno al otro «, comentó.
Diario Norte – Agencia Sáenz Peña
