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TRAS LA FALLIDA VISITA DE MILEI A LOS ESTADOS UNIDOS, EL GOBIERNO NO LOGRA REPUNTAR NI CON EL AUXILIO DE TRUMP

El dependiente

Con reminiscencias del primer 17 de octubre, una multitud reclamó la libertad de Cristina Kirchner mientras Milei depende cada vez más de Scott Bessent para la campaña del oficialismo.

Un 17 de octubre en la recta final de una campaña electoral, donde dos de sus figuras principales son el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent por el oficialismo y por la oposición la expresidenta Cristina Kirchner con prisión domiciliaria. Que dos de las figuras que más pesan en una puja electoral sean el ministro de Economía de una potencia extranjera y la principal dirigente de la oposición proscripta, constituye un síntoma de descomposición del sistema político.

Con las ventas de dólares del Tesoro de los Estados Unidos y con una catarata de mensajes con promesas de campaña, Bessent se puso al hombro la campaña del oficialismo. Prometió como si fuera candidato, pidió el voto para las listas de los falsos libertarios y aseguró que si ganaban los seguidores de Javier Milei, Argentina sería bendecida por Estados Unidos. El gobierno casi no mostró sus candidatos. Bessent ha sido hasta ahora su carta principal.

La intervención del alto funcionario norteamericano no fue oculta, sino que ha sido pública, ciertamente impúdica, y en situaciones normales se juzgaría como intervencionismo de una potencia en la política interna de otro país. Lo paradójico ha sido que no fue una intervención impuesta o forzada, sino solicitada por el mismo presidente Milei.

Si el oficialismo no tiene candidatos más fuertes que el ministro de Economía de una potencia extranjera y, si al mismo tiempo, la principal dirigente de la oposición fue encarcelada, son datos muy fuertes que al cruzarlos inducen a pensar que la expresidenta fue proscripta porque sus adversarios son incapaces de generar un liderazgo similar y tienen que recurrir a una potencia extranjera que cobrará por su intervención.

La intervención de Bessent puso en evidencia la falta de propuestas del oficialismo que, de esta manera, lo único que se le ocurrió fue ofrecer una dependencia ruinosa en lo material e indigna en lo moral. La dependencia del gobierno con Washington es evidente porque es el único recurso que tiene en política y en la economía.

Los últimos diez días mostraron a un gobierno desesperado en esa dependencia. Todo el equipo económico —la mayoría de ellos tienen residencia en Estados Unidos— en procesión entre Washington y Nueva York para rogar por ayuda. Como si fueran creyentes que le piden a la virgen de Luján. Con la diferencia que Estados Unidos no es la virgen y cobrará caro cada gesto.

La falta de cuadros políticos, de dirigentes y candidatos en el oficialismo agrandó aún más el liderazgo que mostró Cristina Kirchner en la convocatoria al acto de ayer. La expresidenta planteó que así como en 1945, la consigna fue “Braden o Perón”, en las próximas elecciones se trata de “Milei o Argentina”.

Mientras la multitud se congregaba en Constitución, frente al edificio donde Cristina Kirchner permanece prisionera, el oficialismo tenía dificultades para reunir un puñado de simpatizantes en Caseros, en el conurbano. Al mismo tiempo se juntaba a protestar un grupo espontáneo de vecinos y se repitió la escena que frustró la mayoría de los actos de campaña de Milei. El Presidente se movilizó en helicóptero y alcanzó a explicar con un megáfono que no había que abandonar en mitad del río. Su discurso se resumió en que hace falta más esfuerzo. Pero el Presidente estuvo pocos minutos y no hizo la caminata que estaba prevista. Reaccionó a la defensiva tras un discurso a la defensiva: “Hay que aguantar”.

Con ese discurso tan débil y con pocos dirigentes mostrándose en campaña, lo que parecían divisiones en el peronismo aparecieron, en cambio, como resurgimiento. Los medios oficialistas trataron de mostrar como una profundización de las divisiones, cuando se informó que la provincia de Buenos Aires realizaría el acto del 17 de octubre en la quinta de San Vicente. “Habrá dos actos en el peronismo” dijeron.

Pero en el peronismo siempre hubo varios actos por el 17 de octubre y un acto central. El acto que encabezó el gobernador bonaerense Axel Kicillof con los candidatos de la provincia (ver Buenos Aires/12se realizó a la mañana. El acto frente al edificio de Cristina, en Constitución, estaba convocado para las cuatro de la tarde. Como un símbolo de unidad, en San Vicente estuvieron juntos Carli Bianco con Wado de Pedro. Al finalizar el acto en San Vicente, Kicillof y la vicegobernadora Verónica Magario se sumaron a las columnas que se reunieron en la terminal de Constitución para marchar a San José 1111.

Los primeros sondeos que circularon después del escándalo que desplazó a José Luis Espert, no son favorables al gobierno. Confirman resultados parecidos a los de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Santa Fe y Córdoba tampoco favorecen las expectativas del gobierno. Y saltaron otros escándalos relacionados con la candidata a senadora por Río Negro, Lorena Villaverde y con la ministra Patricia Bullrich, candidata en CABA.

En vez de cubrir el acto multitudinario del 17 de octubre para exigir la libertad de Cristina Kirchner y arrinconado por la seguidilla de escándalos de corrupción, lavado y narcotráfico, el canal oficialista La Nación+ informaba sobre la inminente presentación de videos de Oscar Centeno, el chofer de la desprestigiada causa de los cuadernos. La locutora aseguraba que los videos relacionan al kirchnerismo con “los narcos de Maduro”.

Una operación tan grosera en un contexto electoralista, en vez de sumarles a favor, restará credibilidad a una causa con tantas irregularidades que sólo se puede sostener con funcionarios venales. Estas operaciones con fake news, o noticias falsas, con la complicidad de servicios de inteligencia y periodistas tienen un efecto en varios sentidos.

Si en un primer momento esas operaciones desgastaron la imagen de Cristina Kirchner, blanco principal de estas campañas, en una segunda instancia, la persecución a la expresidenta terminó por transformar la adhesión política en una adhesión afectiva que, a diferencia que la adhesión política, es un lazo indestructible.

La insistencia en esa campaña ya no escandaliza a nadie y, en cambio, resalta la injusticia con la expresidenta. El ensañamiento victimiza a Cristina Kirchner y la ubica como la gran enemiga de un gobierno que cada vez aparece más como el gran enemigo del pueblo. Utilizar esos videotruchos, tan truchos como los cuadernos cuyas fotocopias originaron la causa judicial, muestran el desconcierto de la derecha frente al derrumbe del gobierno.

Milei ascendió a la velocidad del rayo, destruyó en poco tiempo al PRO y con la misma velocidad entró en caída libre, dejando huérfana a la derecha. Entonces aparecen los videos de Centeno. Ya no va, como tampoco alcanzó el protagonismo del secretario norteamericano Scott Bessent para frenar la caída de los mercados y el aumento del dólar.

Parece que sucediera todo al mismo tiempo. En estos días se realizó en Mar del Plata el coloquio de IDEA, donde se reúnen representantes de las grandes corporaciones responsables de esta tragedia que sufre la gente de a pie. Mientras sus iguales de Brasil realizan jugosos negocios con China y la India, acá no se les cae una idea. 

Fuente: Página 12