VÍCTOR HUGO: “VAN DIEZ MESES GUIADOS POR UN GRUPO DE ENFERMOS”
Lapidario editorial del periodista sobre Milei y el Gobierno.
El periodista y conductor de la 750 a cargó contra la gestión de Javier Milei.
El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, hizo un balance de la gestión de Javier Milei durante el primer día de noviembre y aseguró que, en medio de malas noticias económicas y sociales, son cada vez más los ciudadanos que se arrepienten de su voto: “Millones están eyectados, ofendidos, con hambre, con vocación de revancha”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
¿En qué creyeron cuando votaron a Milei? ¿A qué apostaban? ¿Qué pensaban que el neoliberalismo iba a hacer con sus vidas? Ya pasaron diez meses. Arranca noviembre, no nos queda casi nada del año, y la gente que lo votó se pregunta ¿por qué lo hice? Y fue el voto odio, que se volvió en contra de cada uno.
No es bueno que golpeen tanto al hombre. Van diez meses guiados por un grupo de enfermos, de una crueldad atroz, y ya no queda ni un cartón para recoger, ni siquiera para hacer el mango con el sacrificio más humilde.
Milei apretó el botón eyector que solo los villanos en las películas están a punto de tocar. Pero él lo hizo. Millones están eyectados, ofendidos, con hambre, con vocación de revancha.
La vida no puede valer tan poco como lo que imponen Milei y las mafias que representa. Y, si no vale nada la mía, tampoco vale la del otro. Cada día crece el número de personas que cometen su primer delito, empujados por un capitalismo salvaje que vomita llamas contra los pobres.
Muchos responden con venganza, como si allá afuera hubiera pequeñas revoluciones individuales en respuesta a tanto despojo. Cada cual va por lo suyo. Y ante la obscenidad de la estafa del sistema, se juega la vida por un pan o una zapatilla.
El mundo de Milei es el de las ganancias siderales de los Roca, Eurnekian, Pagani, Magnetto. Los enormes ladrones nacionales. Pasó octubre y hace casi un año que se ríen, y seguirán haciéndolo en el 2025.
Cuando uno mira ese presupuesto de hambre, sin bonos, con el retroceso de la salud, la educación y la ciencia. Sin un pobre cartón tirado contra el cordón de la vereda, para transformarlo en un pedazo de pan.