TEXTILES DICEN QUE HAY 75% DE BRECHA ENTRE EL PRECIO DE FABRICA Y LO QUE SE PAGA EN COMERCIOS
¿La indumentaria es cara?
Según datos de la Fundación ProTejer, los impuestos, costos bancarios y comerciales explican buena parte del precio final de una prenda vendida en un shopping.
La Fundación Pro Tejer presentó un exhaustivo informe en el que no sólo muestra cómo los precios del sector textil acumulaban, hasta agosto, subas inferiores al resto de los sectores de la economía, sino también que eso no ocurrió producto de las mayores importaciones, sino de la fuerte caída del consumo.

En ese sentido, la organización que preside Luciano Galfione concentró la mirada en la composición de los precios que pagan los consumidores y estableció una fuerte diferencia entre lo que “sale de fábrica” y lo que “se compra en el shopping”. Contabilizaron una brecha del 75% entre el precio de uno y de otro , según el informe replicado por La Nación e Infobae.
Según reveló Pro Tejer, dicha amplitud de precios proviene de los gastos que afrontan los locales en dichos centros comerciales, los impuestos (como el IVA, pero principalmente Ingresos Brutos) y sus obligaciones bancarias. En contraste, esgrimieron que, del monto total que se paga una prenda, sólo el 8,5% corresponde a la industria y un 9% a gastos de logística y comercialización.
Apertura
“Muchos afirman que la apertura comercial explica la caída de precios. Se considera que durante el gobierno pasado (2020-2023) la ropa era cara y aumentaba su precio porque la economía estaba cerrada. Pero 2020-2023 fue récord de importaciones, a pesar de la restricción externa, superando la gestión de Macri de mayor apertura comercial relativa. Crecieron las importaciones y aumentaron los precios. Entre enero y agosto de 2024, cayeron las importaciones con caída de precios “, explicó la entidad en el mencionado informe.
En concreto, durante los primeros ocho meses del año, las importaciones de manufacturas textiles fueron de 116.237 toneladas, que representan una caída de 33% respecto de las 174.682 toneladas ingresadas en el mismo período acumulado del año pasado, según datos privados.
“La importación no disciplina precios”, comentó al diario La Nación Jorge Sorabilla, director institucional de TN Platex, empresa presidida por Teddy Karagozian.

Evolución
En cuanto a la evolución de los precios, el informe detalla que mientras que el rubro “prendas de vestir y calzado” acumulaba, a agosto, un alza de 61% respecto de los precios de diciembre, el promedio del IPC trepó 95% en ese mismo período. En línea con estos datos, desde la Pro Tejer explicaron que si el IPC de septiembre diera 4% (el dato se conoció este jueves por la tarde), “la ropa debería aumentar más de 20% para alcanzar los aumentos del año del nivel general”. Y la ropa no mostrará ese incremento respecto de agosto.
Si se mide la variación de la serie histórica, se puede observar cómo el rubro prendas de vestir y calzado también se ubicó por debajo del promedio general. La suba acumulada entre diciembre de 2016 y agosto de este año da 5850% de incremento para el sector y 6.783% para el IPC general. Al considerar sólo la gestión de Mauricio Macri, los aumentos fueron de 136% y 183%, respectivamente; mientras que en la de Alberto Fernández, de 1.467% y 1.147%, respectivamente. Fue durante la pospandemia que los precios de la ropa y el calzado se dispararon mucho más allá que el promedio general, en un contexto de gran escasez de oferta y alta demanda.
Además, el informe muestra un gráfico según el cual en 60 de los últimos 92 meses la evolución de los precios de la ropa estuvo por debajo del nivel general . El mayor período de indumentaria arriba de la suba promedio de otros bienes se observa entre agosto de 2021 y diciembre de 2023. Incluso, dentro de ese período, entre abril de 2022 y agosto de 2023 fueron el ítem con el precio relativo más alto. Los empresarios lo adjudicaron a un proceso de “recuperación de costos” y hábitos de consumo de ese momento.
Vinculado a eso, asociaron la desaceleración actual a la baja del consumo y a la crisis que atraviesa el sector. Contabilizaron 10.000 despidos y suspensiones en la industria textil . Por este motivo, Galfione afirmó que “la importación lastima más de lo que ayuda”.
Observaciones a la medición del IPC
La Fundación explicó, una vez más, cómo mide los precios del sector el IPC del Indec y enfatizó que mide el precio de las prendas de venta minorista en locales comerciales, sin discriminar productos nacionales con importados. “Se basa en la estructura de consumo de 2004-05 (20 años atrás) y por eso mide principalmente shoppings, que tiene mayor participación importada”, explicó la entidad que nuclea a la cadena textil.
Por eso, considera que el IPIM (Índice de Precios Mayoristas) resulta un indicador más apropiado para analizar precios de productos textiles y prendas producidas en el país, ya que permite aislar el precio en puerta de fábrica de los costos del comercio minorista.

Soluciones
Por lo tanto, desde Pro Tejer concluyeron en que una solución para el alto precio de la ropa podría pasar por una baja de impuestos en el mercado interno . En este punto, Ingresos Brutos picó en punta. “Tiene un efecto cascada impresionante”, describió Sorabilla.
Así, explicó que en cada eslabón de la cadena productiva se paga este tributo y la industria textil puede estar compuesta hasta por nueve eslabones: obtención de materia prima, procesamiento de fibras naturales, hilado, tejidos, acabado textil, diseño, confección, producción final y comercialización. La incidencia de este gravamen, sumado a todas las alícuotas, conforma el 50,3% del precio final de la ropa.
La contracción del consumo
Frente a lo que muchos creen, que la inflación del sector cedió frente a un aumento de la oferta, los industriales del sector explicaron que la desaceleración de la suba de precios se debe a una fuerte caída del consumo interno, causada por el deterioro del poder adquisitivo. “La caída de las ventas redunda en un aumento del costo unitario, ya que los costos fijos deben prorratearse en menos unidades. Dificultad para sostener empresas en el mediano plazo”, señaló la Fundación en el informe.
De todos modos, la preocupación de la industria textil, y de todos los sectores que producen localmente, es lo que pueda suceder cuando la economía comience a reactivarse y, con ella, también las importaciones. Por ahora, las compras al exterior están contenidas porque el mercado está planchado, pero lo que temen los productores nacionales es que lo importado comience a reemplazar a lo producido internamente en los próximos meses, si es que la demanda empieza a dar señales positivas, de la mano de una recuperación del salario real.
En este contexto, desde Pro Tejer remarcaron que necesitan de una política comercial que defienda una “competencia justa” con los productos importados. Y mencionaron: medidas antidumping y salvaguardas (que hoy están en proceso de revisión); valores criterio; controles físicos en la Aduana; normas técnicas de cuidado de la salud del consumidor; cumplimiento del etiquetado y la Ley de Talles; y medidas para evitar el dumping social. Estas últimas cuatro, precisó la fundación, están “suspendidas, eliminadas o no implementadas”.
Fuente: DIARIO NORTE